López Obrador en Córdoba
López Obrador en Córdoba
Francisco Javier Chaín Revuelta
Si para algo sirvió la remodelación del auditorio Manuel Suárez fue para recibir este sábado 11 de noviembre de 2006 al presidente legítimo de los Estados Unidos Mexicanos. La entrada fue gratuita y el lleno a reventar. Tantos pobres y sombreros hacían pensar que el recinto había regresado a ser propiedad de la Escuela Secundaria y de Bachilleres Artes y Oficios (ESBAO) de Córdoba y dejado de ser propiedad de un puñado de patrones, de un patronato.
Las personas que se interesan en las actividades políticas del país dan cuenta que la sociedad mexicana se encuentra en una etapa difícil de búsqueda de las quimeras de justicia y libertad. En esa búsqueda parece ser que por vez primera la nación se esta permitiendo luchar para que alguna vez los mexicanos puedan conocer que es eso de la democracia. Para contribuir a ese ideal democrático millones de mexicanos se han adherido a la Convención Nacional Democrática validando un Gobierno Legítimo que proteja al pueblo y defienda el patrimonio de la nación. El objetivo es salvaguardar los intereses de la gente, sobre todo de los mexicanos más pobres y de menores ingresos económicos, así como de defender los bienes nacionales ante la voracidad de una minoría rapaz que, a costa de lo que sea, como los amigos de Fox, pretendieron mantener el actual régimen autoritario de corrupción y privilegios.
Aquí ya nadie se chupa el dedo, todos conocen bien que la élite de poder que impera en México, es dogmática y fundamentalista. Élite que está decidida a no permitir ninguna modificación a la política económica neoliberal y mucho menos admite que se proponga una mejor distribución del ingreso para enfrentar la monstruosa desigualdad social que se padece en el país. Los causantes de esta nueva visita del Presidente Legítimo de México Andrés Manuel López Obrador a la “Ciudad de los 30 caballeros y sus 100 mil pobres”, fueron realmente aquellos que fueron capaces de todo en el pasado proceso electoral. Sintieron que el proyecto alternativo de nación y la propuesta de establecer una nueva economía, una nueva forma de hacer política y una convivencia social, más justa y humanitaria, era toda una amenaza a sus intereses y decidieron cerrar el paso a la democracia y aun persisten en querer torcer (no podrán) el deseo popular, el deseo claro y manifiesto de la inmensa mayoría de los mexicanos por tener a López Obrador como su Legítimo Presidente, como el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
En su cruzada perversa usaron dinero a raudales, calumniaron sin pudor ni decoro, sometieron a jueces, magistrados y ministros; alinearon notarios y dirigentes políticos que en otros tiempos defendieron causas populares; envilecieron a periodistas y escritores. No tuvieron empacho ni les importó destruir el incipiente avance de la democracia; sacaron a flote el clasismo y el racismo; acabaron con la poca credibilidad de las instituciones y violaron el orden constitucional. Prefirieron el fraude electoral, el golpe de Estado y el agravamiento de la crisis política, antes que permitir la transformación ordenada y pacífica de la vida pública de México.
La mayoría de los mexicanos por ser razonables poseen mucho valor y mucha sed de justicia. Saben que la derecha neofascista por sus propias contradicciones no pueden prevalecer más que transitoriamente. La resistencia popular es más grande que el conservadurismo y los privilegios, basta observar el derrumbe Fox y el panismo. La pesadilla está por terminar. fjchain@hotmail.com
Si para algo sirvió la remodelación del auditorio Manuel Suárez fue para recibir este sábado 11 de noviembre de 2006 al presidente legítimo de los Estados Unidos Mexicanos. La entrada fue gratuita y el lleno a reventar. Tantos pobres y sombreros hacían pensar que el recinto había regresado a ser propiedad de la Escuela Secundaria y de Bachilleres Artes y Oficios (ESBAO) de Córdoba y dejado de ser propiedad de un puñado de patrones, de un patronato.
Las personas que se interesan en las actividades políticas del país dan cuenta que la sociedad mexicana se encuentra en una etapa difícil de búsqueda de las quimeras de justicia y libertad. En esa búsqueda parece ser que por vez primera la nación se esta permitiendo luchar para que alguna vez los mexicanos puedan conocer que es eso de la democracia. Para contribuir a ese ideal democrático millones de mexicanos se han adherido a la Convención Nacional Democrática validando un Gobierno Legítimo que proteja al pueblo y defienda el patrimonio de la nación. El objetivo es salvaguardar los intereses de la gente, sobre todo de los mexicanos más pobres y de menores ingresos económicos, así como de defender los bienes nacionales ante la voracidad de una minoría rapaz que, a costa de lo que sea, como los amigos de Fox, pretendieron mantener el actual régimen autoritario de corrupción y privilegios.
Aquí ya nadie se chupa el dedo, todos conocen bien que la élite de poder que impera en México, es dogmática y fundamentalista. Élite que está decidida a no permitir ninguna modificación a la política económica neoliberal y mucho menos admite que se proponga una mejor distribución del ingreso para enfrentar la monstruosa desigualdad social que se padece en el país. Los causantes de esta nueva visita del Presidente Legítimo de México Andrés Manuel López Obrador a la “Ciudad de los 30 caballeros y sus 100 mil pobres”, fueron realmente aquellos que fueron capaces de todo en el pasado proceso electoral. Sintieron que el proyecto alternativo de nación y la propuesta de establecer una nueva economía, una nueva forma de hacer política y una convivencia social, más justa y humanitaria, era toda una amenaza a sus intereses y decidieron cerrar el paso a la democracia y aun persisten en querer torcer (no podrán) el deseo popular, el deseo claro y manifiesto de la inmensa mayoría de los mexicanos por tener a López Obrador como su Legítimo Presidente, como el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
En su cruzada perversa usaron dinero a raudales, calumniaron sin pudor ni decoro, sometieron a jueces, magistrados y ministros; alinearon notarios y dirigentes políticos que en otros tiempos defendieron causas populares; envilecieron a periodistas y escritores. No tuvieron empacho ni les importó destruir el incipiente avance de la democracia; sacaron a flote el clasismo y el racismo; acabaron con la poca credibilidad de las instituciones y violaron el orden constitucional. Prefirieron el fraude electoral, el golpe de Estado y el agravamiento de la crisis política, antes que permitir la transformación ordenada y pacífica de la vida pública de México.
La mayoría de los mexicanos por ser razonables poseen mucho valor y mucha sed de justicia. Saben que la derecha neofascista por sus propias contradicciones no pueden prevalecer más que transitoriamente. La resistencia popular es más grande que el conservadurismo y los privilegios, basta observar el derrumbe Fox y el panismo. La pesadilla está por terminar. fjchain@hotmail.com